sábado, 2 de junio de 2012

Ventana, indiscreta ventana.

Veía la gente pasar desde sin poca discreta ventana, reconocía algunas caras, e incluso las saludaba, pero siempre desde su ventana. En vez de realizar la tarea que le mandaban, el siempre miraba por su ventana, quizás lo único que quería era un poco de libertad y estar con las personas que veía desde su indiscreta ventana. Todos los días, ya hiciese el tiempo que hiciese el miraba desde de su ventana, y las horas se le hacían un poquito menos eternas. En ciertas ocasiones sentía la verdadera necesidad de tirase desde su ventana, pero se aguantaba la necesidad, y miraba a su ventana, la indiscreta ventana.

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