Bienvenidos a el Rincon de los Perros Muertos Bueno soy una persona que no tiene en estos momentos nada que hacer y cuando digo nada es nada es nada lo mas seguro que haga es criticar cosas que no me gustan bueno espero que les guste porque ¡el espectaculo no ha hecho mas que empezar!
miércoles, 27 de abril de 2011
Ser de Atleti
Capitulo 2 El juramento de Poniente
Al principio nos solíamos reunir en el bar “Poniente”, todo empezó como una tontería, como unas promesas de borrachos, Donny fue el que dijo que yo debía ser el cabecilla, el capitán y que sabía “dar bien por culo”, todo siguió de cachondeo hasta que Adrian se levanto se subió al taburete y luego a la mesa y mirándome dijo: “¡Oh capitán, mi capitán! Juro que acabare con los nazis y siempre me mantendré fiel a usted”. Alexandra hizo el mismo gesto y dijo: “¡Oh capitán, mi capitán! Juro que luchare con mis compañeros y que ningún nazi me detendrá”. Donny también se levanto y exclamo: “¡Oh capitán, mi capitán! Prometo que cada bala que vaya a usted la parare con mi pecho, que los nazis al hablar de mi lo dirán con temor, que nunca me sacaran información y prometo que estando en mis manos sufrirán.”
Estos tres fueron los únicos que no faltaron nunca a su palabra, mis más fieles guerrilleros, y mis mejores amigos. El que más cumplió su palabra fue Donny cuyo nombre estaba prohibido decir entre los soldados nazis.
lunes, 18 de abril de 2011
viernes, 15 de abril de 2011
Salta commigo
-¿Saltamos?
-¿Juntos?
-Como sino.
-3,2,1...
Dieron un pequeño saltito agarrados de la mano y se dejaron caer.
No les importo no llevar paracaídas, pues la fuerza de su amor les protegería.
Capitulo 1 Un futuro incierto.
Vich, era el nombre que nosotros teníamos, no se llamaba a si por ninguna manera en especial, solo fue porque cuando empezamos a reunirnos Kolter estaba todo el día con una prostituta que se hacía llamar Vich, era una oposición al partido Nazi de Hitler, pero como éramos ilegales nos escondíamos en la sombra, y lo único que podíamos hacer era dar información a los Aliados y realizar sabotajes en cualquier acto Nazi. Poca gente sabía de nuestra existencia, en Berlín solo podías fiarte de unas pocas personas. Cuando empezamos a pasar información a los Aliados fuimos más perseguidos y a los que se les cogía se les torturaba hasta que confesasen algo, o hasta la muerte. Como toda organización teníamos un cabecilla, un líder, ese líder era yo. Era y soy un gran estratega y sabía como hacer daño y como vivir en la sombra, nunca había tenido una casa, siempre había vivido en la calle y quieras o no eso siempre te da experiencia.