miércoles, 27 de abril de 2011

Ser de Atleti

El Atleti es como una mujer que te da carta blanca para mantener SEXO con otras mujeres, tu siempre en tu corazón seras del Atleti, pero en días como hoy cuando gana el Barça al Madrid en semifinales de Champions te encanta y te vuelves eufórico con goles que no son los de tu equipo, de paso recuerdo que han quedado en el Bernabeu 0-2 ya veremos en el Camp Nou!

Capitulo 2 El juramento de Poniente

Al principio nos solíamos reunir en el bar “Poniente”, todo empezó como una tontería, como unas promesas de borrachos, Donny fue el que dijo que yo debía ser el cabecilla, el capitán y que sabía “dar bien por culo”, todo siguió de cachondeo hasta que Adrian se levanto se subió al taburete y luego a la mesa y mirándome dijo: “¡Oh capitán, mi capitán! Juro que acabare con los nazis y siempre me mantendré fiel a usted”. Alexandra hizo el mismo gesto y dijo: “¡Oh capitán, mi capitán! Juro que luchare con mis compañeros y que ningún nazi me detendrá”. Donny también se levanto y exclamo: “¡Oh capitán, mi capitán! Prometo que cada bala que vaya a usted la parare con mi pecho, que los nazis al hablar de mi lo dirán con temor, que nunca me sacaran información y prometo que estando en mis manos sufrirán.”

Estos tres fueron los únicos que no faltaron nunca a su palabra, mis más fieles guerrilleros, y mis mejores amigos. El que más cumplió su palabra fue Donny cuyo nombre estaba prohibido decir entre los soldados nazis.

lunes, 18 de abril de 2011

Estoy

hasta los huevos

viernes, 15 de abril de 2011

Salta commigo

Estaban ya apunto de saltar, el avión estaba a mas de tres kilómetros sobre la tierra, se agarraron de la mano y se miraron fijamente.
-¿Saltamos?
-¿Juntos?
-Como sino.
-3,2,1...
Dieron un pequeño saltito agarrados de la mano y se dejaron caer.
No les importo no llevar paracaídas, pues la fuerza de su amor les protegería.

Capitulo 1 Un futuro incierto.

Podría ser febrero de 1940 cuando la SS bajo una orden especial de Himmler mando detener a todos los que pertenecíamos a la organización Vich. Estábamos en la taberna “El duende de la cerveza” cuando los de la SS entraron y arrasaron con todo, luego nos detuvieron y nos metieron en furgones.
Vich, era el nombre que nosotros teníamos, no se llamaba a si por ninguna manera en especial, solo fue porque cuando empezamos a reunirnos Kolter estaba todo el día con una prostituta que se hacía llamar Vich, era una oposición al partido Nazi de Hitler, pero como éramos ilegales nos escondíamos en la sombra, y lo único que podíamos hacer era dar información a los Aliados y realizar sabotajes en cualquier acto Nazi. Poca gente sabía de nuestra existencia, en Berlín solo podías fiarte de unas pocas personas. Cuando empezamos a pasar información a los Aliados fuimos más perseguidos y a los que se les cogía se les torturaba hasta que confesasen algo, o hasta la muerte. Como toda organización teníamos un cabecilla, un líder, ese líder era yo. Era y soy un gran estratega y sabía como hacer daño y como vivir en la sombra, nunca había tenido una casa, siempre había vivido en la calle y quieras o no eso siempre te da experiencia.

miércoles, 13 de abril de 2011

Escribir sin apenas pensar

Salchichita salchichita salta como una putita se come las mejillas la mas creída de todas suéltate el pelo de pelopo que tienes ah la ostia que idioteces dices me vas a pones rojo :D menuda mariconada!!

La lista de Vich

No es fácil de contar, pero peor sería callármelo. Se lo cuento a usted, porque se que sabrá valorarlo, porque usted es un hombre culto. No sé si me podrá dar su opinión, porque no tengo la certeza de seguir con vida antes de acabar este relato, pero si aun estoy vivo tendrá que darme su opinión y charlar conmigo mientras tomamos un café, es el único precio que tiene por conocer la historia.

Quiero y no puedo

Quería chuches pero no las alcanzaba llamo a su hermano pero este dijo que no le ayudaba, y a mamá no le podía decir nada porque ella si que se lo prohibía, y si le pillaba le mandaba directo a internado, y el internado era un sitio frío, donde no conocía a nadie y seguramente no hubiese chuches. Así que se conformo con comerse la mandarina que había en un cestillo al que el si podía alcanzar.